El fotógrafo Timothy Archibald se sentía absolutamente desconectado de
su hijo autista Elijah, de cinco años de edad. ¿Por qué es así? ¿Tiene
alguna enfermedad mental? ¿Debería estar medicado?, se preguntaba,
mientras pensaba en lo difícil que era relacionarse con él.
Archibald decidió pedirle ayuda al lente de su cámara y así nació el
proyecto 'Echolilia' -que luego terminó convirtiéndose en un libro de 43
fotografías- en donde retrata algunos de los rituales repetitivos de
Eli, como él lo llama, hasta que cumplió los 8 años.
El título de la serie proviene de la palabra ecolalia, un término
técnico para la repetición de sonidos y oraciones muy común en los niños
con autismo. Incluso entre los que pueden hablar y van a escuelas
regulares, como Elijah.
'Al principio, Eli no sabía exactamente de qué se trataba', dice Timothy
Archibald a BBC Mundo, 'pero después se convirtió en el proyecto de
ambos. Fue como si finalmente tuviésemos algo en común, juntos. Mi rol
como líder cambió. Me convertí en su amigo y eso era lo que necesitaba
en ese momento'.
'Las fotografías que fueron tomadas al inicio del proyecto son más
oscuras que las últimas. Ello denota la tensión que se vivía en la casa.
En la imagen que aparece con las pinzas en su boca, por ejemplo, se
nota el nerviosismo. El puente entre nosotros aún no se había
construido. Yo en ese momento sentía que cualquier cosa podía pasar',
asegura Archibald a BBC Mundo.
'En esta imagen, en cambio, Elijah estaba explorando el mundo al igual
que un bebé. Solía ponerse objetos en el rostro, en la cabeza. Creo que
la foto pudo haber sido tomada a cualquier niño, no necesariamente
autista. Para el proyecto fue muy importante. Es la portada del libro
porque ilustra a alguien que mira el mundo a través de un filtro'.
Luego las cosas cambiaron radicalmente. 'Lo que pasó con Eli y yo es que
de pronto teníamos una base, una historia compartida. Es como cuando
tienes un accidente de auto y sólo tú y otro amigo sobreviven. Se crea
un vínculo, ocurre un acercamiento. Algo así fue lo que nació con
'Echolilia' cuando no existía ninguna conexión entre nosotros', relata
el padre.
El fotógrafo explicó a BBC Mundo que todas las imágenes fueron
intencionalmente tomadas en distintos lugares de su residencia de
California, Estados Unidos. 'Cuando lo veía haciendo algo que me llamaba
la atención, le proponía repetirlo a una hora y en un lugar específico
de la casa en el que la luz nos favoreciera'.
Archibald nunca persiguió a su hijo con la cámara para capturarlo de
imprevisto. 'Las fotografías fueron tomadas en instantes en los que
ambos estábamos solos. Aunque fueran 5 o 10 minutos. Buscábamos el
momento, casi siempre mientras su hermano Wilson (tres años menor que
él) dormía la siesta'.
'Ahora Elijah está bien, tiene sus intereses personales. Me contenta
decir que ya este proyecto terminó. Mi interés por la fotografía provocó
su nacimiento, pero ahora necesito que él tenga sus propios intereses.
Le atrae el béisbol, los videojuegos en línea, como a cualquier niño.
Cada vez que firma un libro de 'Echolilia' (todos los ejemplares están
autografiados por padre e hijo), Eli recibe un dólar de recompensa. Por
eso lo sigue haciendo', concluye Archibald. Para más detalles del
proyecto, visite www.timothyarchibald.com/blog
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