Escuchar Los sabios consejos de Mamá


A la larga, reconocemos cuánto sabía


La Dra. Pam Spurr, experta en relaciones humanas, examina algunos sabios consejos que las hijas no aceptan hasta pasados muchos años, cuando comprenden la sensatez de las palabras de mamá. ¡Más vale tarde que nunca!

Persigue la independencia económica



Aun si conoces un hombre adinerado, no debes depender de él. Sí, es muy agradable que te mimen, pero nunca se sabe cuándo cambiarán las circunstancias. Siempre debes estar preparada para ganarte la vida.

Siempre usa filtro solar y no te broncees demasiado en las vacaciones



Las madres tienen la ventaja de la experiencia y habrán visto a amigas y colegas envejecer prematuramente por pasar demasiado tiempo al sol. Recuerdo que mi madre decía: “No quieres parecer una ciruela pasa antes de tiempo”, lo que fue suficiente para asustarme y lograr que finalmente me aplicara, sin falta, una crema con alta protección solar.

Si se lo pones fácil, los hombres se aprovecharán



¿Tenía razón? Algunos hombres engatusarán a una muchacha y le dirán todo lo que ella quiere oír, hasta que la llevan a la cama. Después, quién sabe si la llamarán de nuevo. Desde luego, existen hombres decentes que no se aprovecharían de tal manera pero -como decía Mamá- los hombres decentes saben esperar.

Valórate y ten confianza en ti misma





Sé siempre amable y trata a los demás como quisieras que te trataran

Cuando nos peleábamos con una amiga o contábamos chismes de otra, no apreciábamos el valor de tratar bien a los demás. “¿Amable con ella? ¡Pero si se ha portado muy mal conmigo!” Desde luego, no comprendíamos que a veces empeoramos la situación al no ser indulgentes o generosas. Fue solo después que descubrimos el valor de darle a alguien el beneficio de la duda y de no rechazar a una amiga a causa de algo trivial.




Trata tu pelo y piel con cariño


Nuestras madres nos aconsejaban que nunca nos tiráramos de la piel o del pelo, pero ¿les escuchábamos cuando nos desenredábamos el pelo con violencia o nos lavábamos la cara como si fuera una bota vieja? No. Fue mucho más tarde que por fin nos dimos cuenta de lo importante que es tratar la piel y el pelo como los bienes preciosos y delicados que son.


¿Cuántas veces te dijo tu mamá que siempre asumieras una actitud positiva, que sonrieras cuando temieras enfrentarte al mundo o te sintieras intimidada por algo que tuvieras que hacer? A veces pensarías que ella no sabía de lo que hablaba o no podía entender lo que tú afrontabas. Hoy, te das cuenta de que en muchas ocasiones estaba practicando precisamente lo que predicaba.

Qué molesto era cuando querías salir vestida en una brevísima minifalda o blusa transparente, y tu mamá te miraba con mala cara, advirtiéndote que no deberías enseñarlo todo. Años después, sabes que mostrarlo todo es menos sexy que mantener cubierto un poquito.

La ropa clásica bien vale la inversión


Cuando eras adolescente, probablemente querías un nuevo vestido, conjunto o par de zapatos todas las semanas, pero tu mamá te aconsejaba que ahorraras el dinero e invirtieras en prendas clásicas. Hoy en día puedes apreciar la sensatez de comprar una blusa o cartera más cara porque es duradera, elegante y una gran inversión.

Siempre puedes contar conmigo




Era quizás lo más importante que te decía tu mamá cuando te sentías defraudada por alguien o algo. Fue solo más adelante que te diste cuenta de cuánto has contado con su amor y apoyo a través de los años, y de que ha estado a tu lado durante tus decepciones amorosas, pérdidas de trabajo y todas las demás tensiones y presiones de la vida.














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