No solo el paso del tiempo o el sol aceleran el envejecimiento. Tu nevera y tu despensa pueden ser, sin saberlo, otros factores que deterioran tu piel.
No hay una imagen que inspire más juventud que el clásico anuncio de refrescos: chicos y chicas frescos y jóvenes beben y disfrutan, hacen deporte, toman el sol, exhiben sus cuerpos bronceados y bien formados... 'Sensación de vivir', rezaba el mítico slogan de una famosísima bebida azucarada. Sin embargo, lo que sale de una de esas latas produce precisamente el efecto contrario de lo que vende: el consumo de refrescos envejece.
No lo decimos nosotras; lo demuestra un reciente estudio realizado por la Universidad de San Francisco que confirma que el consumo frecuente de refrescos embotellados acelera el envejecimiento. Publicado por el American Journal of Public Health, se ha realizado entre un grupo de 5.300 adultos sanos, eso sí, estadounidenses (recordemos que en América la cantidad de refrescos que se bebe es muy superior a la del europeo medio). Durante 5 años se ha analizado el efecto de estas bebidas sobre la salud de los participantes y, para su sorpresa, además de ganar peso lo que producía era acelerar el envejecimiento. Cabe destacar que el estudio se hizo con refrescos azucarados y no light o zumos de frutas naturales, que no tienen este efecto.
El exceso de azúcar no solo nos expone a padecer diabetes, infartos y enfermedades cardiovasculares. Se estudiaron los telómeros de los participantes, esenciales en la división de las células, y vinculados al envejecimiento. Los azúcares provocan el acortamiento de estos telómeros, algo que provoca que las células mueran más rápidamente. Estos científicos concluyeron que los telómeros largos y sanos son un síntoma de salud y juventud, mientras que los acortados son todo lo contrario.
Unas células envejecidas prematuramente tienen un grave impacto sobre la salud, como hemos visto. Un envejecimiento que, por supuesto, también se nota por fuera: la producción natural de colágeno se ralentiza, la piel se descuelga más pronto, aparecen las primeras líneas de expresión, tono de piel apagado, bolsas... ¿Te suena? Sí, abusar del azúcar puede tener los mismos efectos sobre tu piel que el mismísimo tabaco.
Uno de cada 5 adultos participantes confesó beber un mínimo de medio litro de refresco al día. Esta costumbre, prolongada durante varios años, equivale a 4,6 años extra de envejecimiento.
¿Existe una alternativa a este tipo de bebidas? ¡Por supuesto! Se trata de un capricho que apenas aporta nutrientes, que tiene demasiadas calorías -una lata de cola puede superar los 140, es decir, casi lo mismo que 150 gramos de pechuga de pollo- y su alto contenido en azúcares es toda una fuente de envejecimiento, como hemos visto. Lo que aportan es un sabor agradable y efecto refrescante, cosas que puedes obtener en una infinidad de alternativas mucho más saludables y, además, baratas: ¿qué tal calmar la sed con agua (cero calorías) o zumos naturales (alrededor de 50 calorías el de naranja)? Son deliciosos y además aportan una enorme cantidad de nutrientes, vitaminas y fibra imprescindibles para nuestra dieta. Sí, hay vida más allá de los refrescos.
Pero estas bebidas azucaradas no son las únicas que te pueden hacer sumar años, además de ser perjudiciales para tu salud a la larga. Aquí tienes un top 10 con los alimentos que más aceleran el envejecimiento, por dentro y por fuera, y que es conveniente consumir con MUCHA moderación. En unos años lo agradecerás:
1. Los azúcares. Puedes mejorar el tono de tu piel y mostrar un aspecto más saludable y rejuvenecido reduciendo el consumo de azúcar. Y es que éste puede sobrecargar lo que se conoce como 'la senda de la insulina', que afecta los vasos sanguíneos y acelera el envejecimiento cutáneo produciendo un tono apagado e hinchazón. ¿Sientes necesidad de algo dulce? Lánzate a la fruta, que contiene fructosa para endulzar y resulta indudablemente más saludable.
2. La sal. Antes de existir los frigoríficos la gente utilizaba la sal como método para conservar. Hoy día no solo no es necesario abusar de la sal sino que hacer una dieta baja en sodio puede ayudarte a mantener una piel más joven. El exceso de este elemento hace subir la presión sanguínea, algo que disminuye la producción natural de colágeno y produce flacidez, descolgamiento y efecto apagado. Además, abusar de la sal contribuye a retener más líquidos, algo que se puede apreciar en unos simples ojos hinchados y con bolsas o incluso en tu perímetro corporal. Con la sal hay que ser muy muy poco generosa.
3. El café. Tu 'despertador' diario puede acelerar el proceso de envejecimiento si abusas de él. Deshidrata el cuerpo y, con él, la piel, así que uede provocar que se pierda lustre y luminosidad, por no hablar de que un cutis deshidratado es más proclive a la aparición de arrugas. No nos olvidemos de las manchas amarillas en los dientes, además.
4. El alcohol. Muy similar al efecto del cadé sobre los dientes, también deshidrata y, a la vez, favorece la hinchazón en los ojos y la aparición de bolsas.
5. Las carnes rojas. Limita su consumo a una vez por semana, y es que su alto contenido en carnitina (presente en su proteína) puede producir envejecimiento cutáneo prematuro porque endurece los capilares.
6. Los carbohidratos simples. Todos aquellos alimentos con un índice glucémico alto (harinas refinadas, pasta blanca...) favorecen la ruptura del colágeno y la elastina en la piel y en los músculos. Es decir, es el camino directo a una piel menos flexible, más frágil y con más arrugas. Cuando tengas antojo de carbs opta por los integrales, de digestión lenta, y para cuya digestión el cuerpo no necesita liberar insulina de manera que salvamos nuestras reservas de colágeno.
7. La comida muy picante. ¿Tienes la piel sensible, con tendencia a las rojeces y a las arañas vasculares? Entonces el picante será tu peor enemigo porque dilata los vasos sanguíneos y favorece que se rompan, que aparezca la rosácea y que la piel manifieste su peor aspecto. Aunque la sensibilidad no sea tu problema, el abusar del picante puede abocarte a ella.
8. Los conservantes presentes en la carne. Salchichas y fiambres de baja calidad de origen industrial contienen sulfitos, que contribuyen a acelerar el envejecimiento y producen alteraciones como la rosácea e inflamaciones nada agradables ni favorecedoras.
9. Los refrescos azucarados. Poco más que añadir después de todo lo leído. Las alternativas a un refresco de cola o cualquier otra fruta están a tu alcance: agua, agua carbonatada natural, zumos, cerveza sin alcohol...
10. Las grasas trans. Son las grandes enemigas de cualquier dieta saludable, las mires por donde las mires. Presentes en la comida procesada (ya sabes, junk food, comida preparada...), aporta calorías vacías y tapona las arterias. Esto último hace perder elasticidad a la piel. Entonces, ¿las grasas no mantienen mi piel hidratada y lubricada? Éstas no pero, los aceites naturales como el de oliva, girasol o coco sí; son fuente de vitamina E y previenen la oxidación de las células y protegen de la acción de los radicales libres. Es decir, no hay que prescindir de las grasas, solo consumir las adecuadas.
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